Quién les iba a decir a Leticia y a Nacho que la historia que nació en un restaurante de comida rápida, les llevaría a vivir el pasado mes de agosto, el día más importante de sus vidas.
Compañeros de trabajo al principio de conocerse, luego una bonita amistad y con el tiempo el cariño y el tiempo juntos y muchas anécdotas y sobre todo la comida les hizo unirse para siempre, en un día de Agosto un poco caluroso y con todos los amigos nerviosos ante el ansiado día en el cual nosotros fuimos participes con mucho entusiasmo.
Rodeado de familiares y amigos, Nacho se preparaba para su boda vistiendo un elegante chaqué (o frac) con chistera y bastón como un auténtico caballero del siglo XIX. A unos kilómetros, en casa de Leticia se vivía con emoción la preparación de una novia que con su alegría y la de las amigas que la acompañaban, aplacaban los nervios en un día tan especial. Ataviada con un sofisticado vestido de Centro Novias Albolote, tocado de Silvia Peinado y un precioso ramo de Verde que te quiero verde, Leticia lucía espectacular.
El Cortijo de Enmedio, un lugar con mucho encanto para una boda de ensueño
El Cortijo de Enmedio fue el lugar escogido por la pareja para la ceremonia y posterior celebración.
Sus jardines, exquisitamente decorados, sorprendieron a los invitados que disfrutaron de la magia del lugar mientras esperaban a los novios. Nacho llegó primero del brazo de su madre y esperó conmovido por el sentimiento y los nervios del momento, la entrada de Leticia acompañada por su padre.
La pareja vivió con gran emoción su ceremonia de matrimonio, en la que derramaron alguna que otra lágrima. Los discursos de los familiares y amigos calaron hondo no solo en los novios, sino en todos los allí presentes.
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El día daba paso a la noche y tras la ceremonia, los asistentes disfrutaron de una fantástica copa de bienvenida mientras Leticia y Nacho posaban para nuestras cámaras inmortalizando momentos de complicidad y amor.
Diversión y emoción a partes iguales en una celebración inolvidable
Durante la cena, la mesa presidencial no fue la única protagonista de la noche. A ambos lados, dos extensas mesas de amigos de la pareja, protagonizaron algunos de los momentos más divertidos, pero también algunos de los más sentimentales. Uno de esos momentos lo representó una amiga de Leticia, que con su dulce voz flamenca dedicó a los novios y al padrino algunas canciones que seguro no olvidarán jamás.
Y lo que seguro tampoco van a olvidar será la extraña y divertida situación en el que se vieron con pala y guantes, rebuscando billetes entre la tierra de una maceta del dinero que les habían regalado.
Llegó el momento de abrir el baile y los novios sorprendieron a los invitados con una coreografía sencilla con algunos efectos especiales* que los rodeaban.
Diversión en el photocall, baile y risas durante la barra libre pusieron el broche de oro a un día tan especial.
Monsul, un lugar de cine ideal para una postboda
La playa de Monsul en Cabo de Gata es uno de los lugares preferidos por las parejas para sus sesiones de postboda, y es que su encanto ha sido aclamado hasta por directores de Hollywood que vieron en esta playa almeriense una perfecta localización.
Durante la sesión Leticia y Nacho disfrutaron reviviendo momentos inolvidables, dedicándose miradas cómplices y gestos de cariño que se vieron reflejados en un precioso reportaje fotográfico. Y es que en Ángel Blanco fotógrafos nos dejamos la piel para que nuestras parejas disfruten de las sesiones de fotos y recuerden para siempre esos momentos.